sábado, 4 de agosto de 2012

El oso soldado


A lo largo de la historia de los conflictos armados, es común escuchar anécdotas de animales que pelean junto a los combatientes adoptados como a uno más de su unidad y teniéndolos en la más alta estima; incluso hay casos de que el comportamiento de estos animales es tan ejemplar que se le dedican monumentos, o inclusive medallas.



A continuación les voy a contar la historia de Voytek (Wojtek en polaco), el oso que figuraba enrolado en la 22ª Compañía de Transporte del Ejército Polaco durante la II Guerra Mundial.

En 1942, el Segundo Cuerpo del ejército polaco fue enviado a Oriente Medio como apoyo al 8ª Cuerpo del ejército británico. En su paso por Irán, un niño les ofreció un pequeño  osezno por comida. Los soldados decidieron convertirlo en la mascota de la compañía. Lo alimentaron con frutas, miel y mermelada, y pronto se ganó el corazón de todos, pasando a ser "su compañero de armas" y cómo a todo buen soldado le encantaba tomar cerveza y fumarse un cigarro, saludaba a sus superiores, participaba en peleas que siempre ganaba.


Pronto, los polacos debieron retirarse de Palestina hacia un nuevo destino, Italia, aquí se encontraron con un problema: el ejército británico no aceptaba mascotas! Así que la 22ª Compañía lo enroló con número y rango de ayudante de Artillería. De esta manera Voytek se incorporo a su unidad como un soldado más, donde se desempeñó como transportador de municiones.


Voytek tuvo su momento heroico en combate en la batalla de Monte Cassino (1944) llevando municiones desde los centros de aprovisionamiento hasta las líneas de frente, a veces ignorando el fuego enemigo. Esa acción le valió el nombre del “oso-soldado”.


Al acabar la guerra Voytek y su compañía fueron llevados a Escocia. El oso se volvió una celebridad, apareciendo en infinidad de noticieros, revistas y programas de TV. Si bien sus camaradas volvieron a Polonia en el 47, algo que deprimiría durante algunos años al oso, Voytek vivió en tranquilidad en el zoológico de Edimburgo hasta su muerte en 1963, siendo regularmente visitado por algunos de los soldados que habían servido con él en el pasado. Soldados que, sabiendo la predilección de Voytek hacia la cerveza y los cigarrillos, siempre se las arreglaban para llevarle algunos de contrabando.

Referencia: BBC News

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